Gràcies a la familia Forcadell Gaona de Morelia (Michoacán-Mèxic): Núria, Pilar i Inés.

dimecres, 6 d’abril del 2011

Bombardeo y fusilamientos en Huerto - Huesca 15/11/37

Prisioneros cuando la toma de Belchite en el frente de Aragón

Los días iban pasando sin que se notara, el más pequeño indicio de que a trece kilómetros teníamos la línea de fuego. Una mañana se presentaron en la población un ómnibus, conduciendo 40 prisioneros de guerra. La orden dada por el jefe de nuestra división era en el sentido de que estos soldados quedaban bajo el amparo del mando militar de nuestro batallón. Todos ellos eran españoles, jóvenes y según se comprobaba en ellos gente de trabajo. Venían en calidad de prisioneros, puesto que con arreglo al consejo de guerra que se les formuló, no se encontró en ellos ninguna complicidad en el movimiento sino que eran soldados movilizados a las armas.

Junker tirant bombes
Próximos a salir para el frente, serian las 3 de la tarde del día 15 de noviembre, cuando tres escuadrillas de trimotores junkers, aparecieron sobre Huerto. Todos los soldados, cumpliendo las ordenes dadas por la oficialidad, tan pronto como vieron aparecer los trimotores se escondieron en los refugios construidos para el efecto, no así la población civil, que al no contar con tanta disciplina se mantuvieron por la calle, quizás sin darle importancia al asunto, tan pronto como estas maquina llegaron a encontrarse a la altura del pueblo un silbido largo y prolongado nos dio a entender que el bombardeo había empezado. Efectivamente, como si cayeran relámpagos, cayeron bombas, en número tal que después de cesar el bombardeo nuestro servicio de información pudo comprobar que habían sido 81 las bombas lanzadas. El resultado fue desastroso. 6 Mujeres  y 5 niños, fueron víctimas del bárbaro bombardero, solamente un soldado fue herido muy leve en el músculo derecho. El jefe de la división se encontraba visitando las demás unidades cerca de la nuestra y poco después del bombardeo llegó a inspeccionar el resultado del mismo. Los trabajos de todos los soldados de  mi batallón fueron enormes para salvar de los escombros a las víctimas del siniestro. Tres horas fueron necesarias para poder salvar a varias docenas de persona y hacer el balance de las víctimas.



Fusilamientos de Badajoz por las tropas golpistas
La Vanguardia del 16/11/1937
Cuando el jefe de la división [capitán Gancedo?), vio por sus propios ojos, aquellas criaturas inocentes, cuya carne desgarrada por la metralla eran el símbolo de la ignominia y la maldad, cuando ante sus ojos aparecieron las carnes mutiladas de aquellas pobres mujeres que la mayoría de ellas habían muerto por salir a la calle para salvar la vida de sus pequeñuelos. Su corazón se llenó de odio que repercutió en perjuicio de otros seres también inocentes, pero que al cabo, para él no eran más que la representación de aquellos que momentos antes habían ordenado a sus aviones que, sin piedad, bombardearan el pueblo de Huerto, causando los destrozos señalados. Su orden fue rápida y tajante; había ordenado que sin formación de causa y bajo su responsabilidad fueran fusilados los prisioneros de guerra que había en poder del mando militar de mi batallón, y la orden se cumplió sin reparos. Aquellos seres que pocos momentos antes tenían la esperanza de que en un día no muy lejano volverían a ver a sus familiares queridos, a sus mujeres, a sus hijos, a sus padres, que en otros tiempos habían sido trabajadores unos, gente de comercio otros, dirigentes de pueblos lo mas, vieron sus vidas segadas por culpa de la maldita guerra, mientras que los maridos de aquellas pobres mujeres, que momentos antes habían sido el orgullo del hogar, que con sus caricias habían educado a sus hijos para un futuro mejor, llegaban a casa con la esperanza de compartir con ellas el pan ganado con el sudor de su frente y la desilusión, la muerte se había apoderado de ellas dejando miseria y rencor en sus almas, maldita guerra, mil veces maldita.

Francesc Roca Matamoros
Huetamo, Michoacán, 6 de abril de 1940

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