Gràcies a la familia Forcadell Gaona de Morelia (Michoacán-Mèxic): Núria, Pilar i Inés.

dimarts, 28 d’agost del 2012

De nuevo en el frente y nuevo cargo


Incorporado de nuevo a la Compañía, mi limité a organizar de nuevo los servicios que estaban en completo desorden puesto que hacía más de tres meses que por varias causas estaba en poco contacto con la misma. Cuando más animado estaba en ésta tarea, recibí una orden en la que se me indicaba lo que sigue:

565 Batallón
Comisariado

En telegrama recibido hoy, el Comisario Brigada me comunica se traslade urgentemente puesto de mando XI Cuerpo de Ejército. Salúdale B.C. a 28 de noviembre de 1938.
El comisario de Batallón Pablo López Marco.
Al comisario de compañía de ametralladoras del 565 Bon.

Enorme extrañeza me causó el recibo de ésta comunicación, pues de veras desconocía el motivo de la misma. Sin perder un minuto, me alisté y me dirigí a pié hasta el puesto de mando de la Brigada, allí se mi informó que tenia que trasladarme al puesto de mando de la División, en donde se me darían instrucciones, para mi nuevo destino, pues ellos desconocían también la misión que se me iba a confiar. Llegado al puesto de mando de la División, me saludó el Comisario de la misma indicándome que había recibido una comunicación en la cual el comisario del cuerpo pedía mi presencia en su puesto de mando. Después de permanecer unas horas allí, con un coche de la División salí para donde se encuentra el mando del cuerpo de Ejercito, el cual estaba en la Colonia Puig de Artesa de Segre, o sea donde había asistido a los cursos. Llegado allí me presente al ayudante del Comisario del cuerpo D. Julio Anglada, comisario de Batallón y antiguo periodista de el Heraldo de Madrid. Al verme, me preguntó por mi credencial y al serle entregada, me indicó que esperada la llegada del Comisario del Cuerpo. A los pocos minutos, éste aparecía y era presentado a él. Mi corazón palpitaba de emoción por desconocer el motivo de mi llamada, pero pronto mis dudas fueron aclaradas cuando el Comisario me indicaba, que haciendo falta el cubrir la vacante de Comisario de Propaganda del Cuerpo, se había pensado en mí para tal cargo. Que antes de asignárseme oficialmente el nombramiento seria puesto a prueba unos días y en caso de salir airoso en mi cometido se me daría mi nombramiento provisional hasta que fuera aprobado por el Comisario del Ejercito del Este, D. José Mantecón. El día 4 de diciembre del año 1938, recibía la siguiente credencial:

José Igancio Mantecón Navasal
XI Cuerpo de Ejercito
Comisariado
Núm. 4.567

El portador del presente Comisario de Compañía Francisco Roca Matamoros, Instructor de Propaganda de este Comisariado queda autorizado para poder circular libremente por toda la zona de este Cuerpo de Ejército al objeto de poder realizar su misión.
P.C. a 4 de diciembre de 1938.
El Comisario del XI de C. de E.  Julián M. Lizcano.

Grande fue mi alegría cuando recibí este nombramiento pues el representaba para mi, el que se me considerara una personalidad en el cargo que se me había conferido. Pocos días después me enteré que mi actuación en la Escuela de Comisarios había decidido al Comisario a pesar en mí para darme dicho cargo. ¿Quizás alguien preguntaría y por qué no se les dio al primero o segundo clasificado?, por la sencilla razón que el primero pertenecía al Partido Anarquista y el segundo al Partido Comunista, el pertenecer yo a una partido de tendencias moderadas había influido en la elección. 

Mi cargo era de una responsabilidad tal, que por las noches no podía conciliar el sueño, al pensar con la serie de obligaciones que tenia. El XI C. de E., tenía una plantilla aproximada de 35.000 hombres, los cuales estaban sujetos a las directrices que cursaba el mando superior del Cuerpo.

Altavoz del frente. Font: SBHAC
La misión del Comisario de Propaganda, era la más pesada que pudiera existir dentro del Comisariado del Cuerpo, inclusive más que la del propio Comisario. Mi misión consistía en redactar directrices que eran leídas, comentadas o puestas a la practica por todos los Comisarios del C. de E. en el Boletín diario del mando militar, que editaba el Cuartel General del C. del E., había una sección del mismo Boletín, destinada al Comisario de Propaganda. Desde allí dirigía la propaganda a nuestras filas, la propaganda de carácter político que nuestros soldados debían conocer para saber en todo momento cual era la misión que tenían en nuestro Ejército. Diariamente el mismo Boletín editaba una hoja redactada por mí, en la cual y en términos claros y sin estar llena de palabras filosóficas y si de palabras llenas de amor y cariño para con nuestros enemigos que siendo españoles igual que nosotros, les hacíamos comprender lo equivocados que estaban al sostener una guerra, que a la larga solamente beneficiaria a Italia y Alemania, puesto que las deudas de guerra que Franco tenia con ésas naciones era tan grande que en caso de ganarla no sería mas que un esclavo a sus órdenes. Cada noche, estas palabrea mías y otras por el estilo, que desde las columnas del Boletín dirigía, eran leídas por todos los Comisarios a las tropas nacionalistas y sus efectos en la mayoría de los casos, daba por resultado el que soldados nacionalistas que desconocían la verdad de los hechos se pasaban a nuestras filas para defender la República. Disponía yo de una bien organizada red de propaganda la cual radicaba en las Divisiones 26, 32 y 30 que eran las que estaban a las órdenes del XI C. de E., en cada División había un comisario de Propaganda el cual recibía ordenes directas mías y éste a su vez las distribuía a las Brigadas que estaban bajo su mando, la 146Brigada Mixta, la 104, la 96 y la 34 Brigada, pertenecían a la 30 División, la119 Brigada, la 120 y la 121 brigada mixta pertenecían a la 26 División, y la 137 Brigada mixta, la 141 y la 142 Brigada, pertenecían a la 32 División. El C. del E. y las Divisiones junto con las Brigadas, contaban con la Sección del Cuerpo de Tren, Transmisiones, Intendencia, Ingenieros, Sanidad y grupos de Artillería los cuales todos tenían sus comisarios de Propaganda y estaban bajo mis inmediatas órdenes.  

altavoz del frente
Al mismo tiempo, contaba yo con auto-parlante, magnífico coche-camioneta, que lleva instalado un equipo amplificador con un magnavoz, lo que me servia para poderme trasladar en los sitios donde lo requería mi cargo y al mismo tiempo era aprovechado para dar mis conferencias políticas, al enemigo. Con él, llegué a recorrer todo el frente que ocupaba mi Cuerpo de Ejército y que abarcaba una extensión de 200 o más kilómetros, pues desde el pueblo de Asentiu, que enlazábamos con el XVIIICuerpo, hasta Piedras de Olo, que enlazábamos con el X Cuerpo.

Banda de música
También estaba mi cargo el organizar festivales y prestar toda mi colaboración para la organización de los mismos, a las Brigadas y divisiones que encontrándose en descanso, aprovechaban los días para divertir al soldado. Tenia en la Sección de Propaganda un magnífico aparato de cine, instalado sobre ruedas, el cual era trasladado a donde se encontraban las unidades en descanso y allí se exhibían películas de temas interesantes para el soldado. La Banda de Música del Cuerpo compuesta de 60 profesores, estaba también a mi cargo y cuando algún Batallón, Brigada o División requería sus servicios para la organización de algún festival de carácter cultural o musical, se dirigían a mí, en petición de la Banda. La sección de Propaganda del Cuerpo estaba compuesta de un fotógrafo, un pintor mural, dos escribientes y al propio tiempo, ayudada por la colaboración del Comisario de prensa, el cual se encargaba de la propaganda en los periódicos y distribución de los mismos a las diferentes unidades combativas. El Miliciano de la Cultura a cargo de un competente profesor de Matemáticas no solo dirigía la parte correspondiente a la organización de las escuelas que existían en los diferentes lugares donde estaba radicada toda la fuerza del Cuerpo, sino que también era un gran auxiliar de la Sección de Propaganda a mi cargo.

En los rublos que quedaban bajo el control del Mando Militar, y que estaban bajo mi jurisdicción propagandística, se organizaban mítines, en los cuales se desarrollaban temas de interés para el campesino, para la defensa pasiva, para la organización de elementos que combatieran a la quinta columna y de otros intereses propios del momento que se estaba viviendo.

Mi labor como podrá verse era de una amplitud tal que me absorbía por completo llegando en varios extremos a debilitar mi cuerpo.

Diariamente tenia que dar parte a mi inmediato superior comisario de propaganda del Ejército del Este, de las novedades que ocurrían en la Unidad mía, así como también de cuantos actos de propaganda se habían realizado durante la jornada.

A los pocos días de haber recibido mi nombramiento provisional del cargo, recibía la siguiente credencial que me acreditaba ya como efectivo en mi puesto, dice así:

Ejército del Este
XI cuerpo de Ejército
Comisariado

Don Julián Muñoz Lizcano, Comisario del XI Cuerpo de Ejército
CERTIFICO:
Que D. Francisco Roca Matamoros, de 26 años de edad, presta sus servicios en concepto de Instructor de propaganda en éste Cuerpo de Ejército desde el 11 de diciembre de 1938 por haber sido destinado por orden del Comisario del Ejército del Este. Y para que conste expido el presente certificado-salvoconducto que tendrá validez hasta el 15 de enero
En P.C. a 19 de diciembre de 1938. Firmado.
También están impresas mis huellas dactilares, así como también hay impresos varios apartados para renovarlo cada mes. 

Francesc Roca Matamoros
Huetamo, Michoacán, 4 de març de 1940



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