Quedamos instalados definitivamente en esta nueva posición y los días iban pasando tranquilamente cuando la prensa anunció, que las tropas republicanas en una lucha inigualable habían conseguido
la conquista de la capital de Teruel. Este hecho fue completamente ocultado a losas tropas nacionalistas que ocupaban otros frentes que no eran los que se estaba desarrollando la cruenta lucha, pero las practicas y conferencias que por la noche se les daba a las tropas enemigas se les dio a saber la feliz nueva y pronto dio sus resultados. Estaba de guarnición en las posiciones enemigas la 31 bandera del tercio, la mayoría de sus soldados la componían elementos marroquíes y soldados de confianza de las autoridades nacionalista. Cuando éstos se enteraron que las tropas republicanas habían tomado Teruel, en tres noches se pasaron a nuestras filas 42 soldados, nacionalistas, los cuales nos explicaban de una manera espantosa las vicisitudes que se pasaban en el campo enemigo, las represiones eran grandísimas, todo aquel elemento que hubiere sido un trabajador honrado y sus ideas fueran republicanas, sin formación de causa era pasado por las armas. La comida era mucho mas escasa que la nuestra, pues mientras nosotros teníamos todos los trigales de Castilla y Aragón ellos carecían de trigo completamente y tenían que recurrir a Italia. El aceite era una de las materias que más les faltaba pues los llanos de Andalucía y las tierras aceituneras de Tarragona, estaban en nuestro poder. La ropa era escasísima, pues todas las industrias textiles de Cataluña las trabajamos nosotros.
De una manera inquieta explicaba la difícil situación que estaba atravesando la
España Nacionalista: portugueses, alemanes, italianos, marroquíes y españoles tenían cada uno sus zonas de mando y en las diferentes partes donde ellos dominaban, la población civil sufría mil vejaciones. Las fértiles tierras de Andalucía, habían sido repartidas en su mayor parte a familias italianas, mientras que las familias españolas, estaban obligadas a trabajar exclusivamente para la guerra, miles de muchachas jóvenes fueron violadas por moros sin escrúpulos que sin ningún control actuaban de una manera anárquica y cometían toda clase de
atropellos con ellas. El solo pensar se era verdad lo que estos soldados nacionalistas contaban, los nervios se les crispaban a uno de tal manera que contener un rugido de cólera era materialmente imposible. La calma renació y a los pocos días el propio soldado enemigo
nos comunicaba que había sido reconquistado Teruel, y efectivamente a la mañana siguiente el parte de guerra republicano confirmaba la noticia.
Francesc Roca Matamoros
Huetamo, Michoacán, 25 de abril de 1940
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